Creo en Dios pero no soy subnormal

Imagen original de tomabin

Dicho sea de antemano que no pienso que los ateos o agnósticos sean tarados mentales por no compartir mi ideología. Tampoco creo que los creyentes de distinto modo al mio sean dignos de mofa. Allá cada cual con su libre pensamiento, mientras sea eso: libre pensamiento y no manipulación social.

Pienso que el ateísmo simplemente se puso de moda y como tal, nosotros, la masa, lo secundamos. Es generacional si nos damos cuenta, pero tiene pocas raíces asentadas en la conciencia de muchos de los que dicen serlo. En otros por supuesto no, no pretendo rebajar a nadie a base de clichés.

Realmente las élites funcionan así: deciden que cosa debemos pensar o creer, y nos machacan con eso. Yo mismo me consideré ateo durante muchos años, ahora no: concibo el mundo de una forma más organizada sutilmente y la existencia de un creador supremo, o Dios, como quieran llamarlo. En algunas creencias se lo nombra como energía. Y quizá mi visión sea más en esa línea, como una suprema energía creadora que nos permite la libertad del libre albedrío: cada cual controla sus movimientos, pensamientos y actos, y, por tanto es responsable de las consecuencias que estos acarree. Dicho sea de paso  no me identifico con las religiones, ni siquiera con la que debería secundar por bautismo: la Iglesia Católica.

Abrir un debate sobre por qué yo tengo razón o no podría ser una forma divertida de pasar el tiempo, pero dudo que nos condujera a ningún lugar concreto. La fe, la creencia, no se mide ni se toca. Es igual al amor. Tantos siglos los poetas escribiéndole pero jamás hemos conseguido materializar una gota de amor. Ni verlo ni siquiera olerlo, pero para muchas personas, muchas de ellas ateos, el amor existe. ¿Lo qué no se ve no existe? Para mi no, hay cosas más allá de nuestra visión.

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