Fabio McNamara, el místico pop

Me sorprende haber descubierto que uno de los iconos del movimiento de La Movida madrileña de los años setenta y ochenta, se haya reconvertido al catolicismo de una forma voraz. Después de haber pasado por infinidad de problemas con el mundo de las drogas, según cuenta él mismo en la entrevista, su fe en Dios y en la virgen lo curó e hizo de él alguien nuevo.


Tampoco es cuestión de demonizar a nadie ni a ningún movimiento y decir que los de La Movida eran muy malos, y que, por tanto, la única solución para nuestras tristes existencias es hacerse del Opus. Siempre he dicho que el máximo patrocinador moral de lo que pasó en España a finales de lo setenta en adelante es Francisco Franco. Sin él esa explosión de libertad y desenfreno jamás se habría producido, puesto que sus treinta y siete años de torturas, represión y miedo sembraron el campo de cultivo perfecto para lo que sucedió después. 

Fabio siempre fue un genio. Transgresor a más no poder. Sus canciones son un delirio de frescura, imaginación y espontaneidad. No es uno de esos autores que escriben y escriben sobre el amor, el innova constantemente y aporta alegría. 




En este otro vídeo puede verse la obra pictórica del propio Fabio, donde reconstruye obras clásicas del pop y las acerca a su estilo. Brillantina, genialidad e imaginación, osea: Fabio McNamara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario